¡Recuerda Quien Eres!

Hace unos 9 meses atrás, pasé una verguenza que me hizo reaccionar a tomar un nuevo vistazo a mi vida.

Venía con mi esposa de regreso a casa en una carretera expresa. Manejaba normal en el carril izquierdo pasando unos carros que iban un poco despacio. Como siempre lo hago, a menudo estoy viendo el espejo retrovisor chequeando a mis alrededores como un buen chofer. De repente vi un carro que venía a la distancia, pero pude discernir que venía muy rápido. Empecé a chequear el lado derecho esperando que hubiera un lugar para cambiarme de carril. Cuando vi de nuevo al espejo, ya tenía ese carro exageradamente pegado a mi. Y mi sangre empezó a subir hacia arriba de mi cuerpo. So sabía que significaba eso.

En mis 45 años y mas de manejar solo he tenido cuatro accidentes con otros carros y solo uno fue mi culpa; los otros tres fui golpeado por atrás. Así es que, cuando yo veo un carro detrás de mi muy cerca, me pongo bastante  inquieto y siento la sangre subirme como un volcán que está listo para explotar. Lo que hago inconscientemente , es subir mi velocidad; pero  otras veces solo me hago a la derecha y los empiezo a llamar estúpidos y a «hablar» con ellos como si me estubieran oyendo. etc. Me enoja que por su forma de manejar puedan poner las vidas de los demás en peligro. Esta es una batalla constante en mi cuando manejo.

Volviendo a la historia. Ya casi explotaba de enojo al ver a estos dos jóvenes detrás de mi, que estaban tan cerca que los podía distinguir muy bien; Le dejé saber a mi esposa lo que estaba pasando. Pero, yo ya sentía el vapor de mi cabeza saliendo hacia  arriba.

La primera oportunidad que tuve, me metí al carril derecho y cuando lo hice y el carro pasó a nuestro lado, yo le hice señas con mi brazo violentamente a que pasara adelante y no con buena actitud y dije como si ellos me iban a oír, «Pasen adelante, la calle les pertenece a ustedes,» pero estaba furioso. Y cuando pasaron, el joven que iba al lado del pasajero, sacó su mano y me hizo una señal obscena con el dedo.

¡Exploté! Como un volcán que no aguantaba por derramar su lava por todos lados exploté y en un micro segundo, le puse el peso de mi pié al acelerador del gas y salí detrás de ellos como un animal que quiere agarrar su presa. Al instante mi esposa muy nerviosa me grita, ¡Recuerde quien es usted! Esas palabras me cayeron como un balde de agua fría. Y tan pronto como oí eso, reaccioné y volví al carril donde estaba.

Muy apenado, le pedí perdón a mi esposa y le pedí perdón a Dios por pecar dejando que mi «viejo hombre» saliera a la superficie. El resto del camino me fui disculpando con mi esposa completamente avergonzado por lo que había sucedido.

Me recordé de las palabras del Apóstol Pablo cuando dijo en Gálatas 5:24, «Y los que son de Cristo han crucificado ya la naturaleza del hombre pecador junto con sus pasiones y malos deseos.» y en Gálatas 2:20 él dice, «…Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, más vive Cristo en mi»

Jesús dijo que para seguirle, es necesario NEGARSE a si mismo, tomar Su cruz y seguirle todos los días. Mateo 16:24 y Mateo 10:38. No dejes que el viejo hombre te domine. Ponlo donde el pertenece. Abajo de tus pies.

Nunca te olvides quien eres.

Bendiciones

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